sábado, 1 de enero de 2011

Señorita Maestra (Fernando Morales)

Señorita Maestra: El niño Ramón no ha concurrido hoy a clase porque el día de ayer se ha portado mal, y el abuelo Juancho se lo ha comido. Apenas lo vomite lo mandaré otra vez. Le mando esta nota con la hermanita. Cualquier cosa pregúntele a ella.
Atte. La mamá de Ramón

Señora: Debe de haber algún error en la esquela que me ha enviado, si es que me la ha enviado usted. Le agradecería mucho que pasara por la escuela para charlar.
La maestra.

Señorita Maestra: Lamento mucho no poder pasar a visitarla, porque la última vez que me comió el abuelo me dejó muy mal de las piernas, y apenas puedo arrastrarlas. Pero con gusto le aclararé cualquier duda que tenga apenas me la escriba.
Atte. La mamá de Ramón

Señora: ¿ Qué dice usted que ha hecho el abuelo Juancho con Ramón?
La Maestra

Señorita Maestra: Se lo ha comido. 
Atte. La mamá de Ramón

Señora: Quizás está ocurriendo que no nos entendemos a causa de tantas notas que van y vienen. He hablado con Abril, y dice la niña que el abuelo Juancho está siempre encerrado en su habitación, que de noche ruge varias veces antes de dormirse y que tiene "forma de nube de tormenta con una boca". ¿Me quiere decir qué significa esto? Si usted no tiene inconvenientes, pasaré por su casa mañana a las cinco. ¿Es posible?
La maestra

Señorita Maestra: No va a ser necesario, mañana le mando a Ramón otra vez. En cuanto a Abril, la he mandado a la cama sin postre por describir tan descomedidamente al abuelo Juancho. El abuelo se ha reído mucho, pero yo soy la encargada de que la niña respete a sus mayores y hay cosas que no puedo permitir. En realidad, el abuelo Juancho tiene la forma de una
bella y enorme masa de espuma que va creciendo, sólo que de color negro. No irá usted a hacer caso de lo que dice una niña, ¿verdad?.
Atte. La mamá de Ramón

Señora: Dejemos de lado lo confuso de todo este asunto. Hoy Ramón ha venido a la escuela con un aspecto catastrófico. Parece un jarrón roto en mil pedazos y pegado apresuradamente. Tiene el cuerpo recorrido por un mapa de trizaduras, y un aire lejano. No es el niño inquieto y vivaz que conocí, se ha pasado la mañana sentado en su pupitre, todos sus movimientos son de una lentitud exasperante y responde dócilmente a las órdenes que le imparto. Algo le ha ocurrido al niño, y quiero saber qué es. Pero no me responda: esta tarde pasaré por su casa sí o sí.
La maestra

Señor Maestro: Hoy la niña Abril no ha podido ir a la escuela porque el  día de ayer se portó mal, y el abuelo Juancho la ha castigado, pero no  le voy a decir cómo, porque usted va a querer venir a casa y parece ser  que el abuelo a los maestros no los vomita.
La mamá de Abril

(Fernando Morales. Perfil Letralia. Escritor Argentino)

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