sábado, 5 de marzo de 2011

Las hipótesis (Jorge Gómez Jiménez)

Grazia, sentada ante la caja registradora, no había advertido la presencia del rey en la tienda. Ya el rey había escogido buena parte de las cosas que iba a llevarse cuando ella alzó la mirada y lo reconoció entre los escaparates.
El rey se acercó tanteando hasta la caja y puso su bolsa sobre el mostrador. Grazia tomó los víveres uno a uno y los fue pasando por el ojo de la máquina. Mientras terminaba, el rey la olfateó y dijo:
- Es usted una mujer delicada. Puedo olerlo.
Varios años más tarde, casada y sin necesidad de trabajar, Grazia asistió a una obra de teatro. En cierto momento de la representación, el rey - no un actor interpretando al rey, sino el rey- hizo su entrada en el escenario, decorado como una vieja tienda, tomó algunos víveres, los puso sobre el mostrador y le dijo a la cajera, tras olfatearla: "Es usted una mujer delicada. Puedo olerlo".
Grazia elaboró dos hipótesis en torno al hecho.
Según la primera, el rey no era el rey, sino un dramaturgo que había guardado la escena en su cabeza durante años, antes de decidirse a escribirla y, gracias al azar, protagonizarla.
Según la segunda, el rey era el rey, pero habiendo ella contado la extraña aparición a sus amistades, pudo llegar la escena a oídos de un dramaturgo quien, procurando el mayor realismo para su representación, invitó al rey a representar su propio papel.
La hipótesis que nunca se le ocurrió a Grazia era la que encerraba la explicación del enigma. Grazia nunca había existido en otra cabeza que en la del rey.

* Jorge Gómez Jiménez. Cagua. Venezuela. Escritor. Editor de Letralia



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