martes, 17 de mayo de 2011

La Bancarrota del alma

Halong Bay Cueva Maravillas by Kaosjsi
Halong Bay Cueva Maravillas, a photo by Kaosjsi on Flickr.


En la compleja e injusta economía del sentimiento no es cierta la máxima de que uno recibe lo que da, mas bien al contrario algunos recogen exiguos dividendos después de sus abundantes inversiones en amor, al tiempo que otros afortunados son premiados con ingentes cantidades de afecto sin apenas haber aportado nada a cambio. Esta balanza desigual se desestabiliza aún mas en tiempos de crisis, justo cuando la burbuja emocional llega a su fin y explota, cuando las fantasías y las ilusiones vacuas se desmoronan porque al final no había nada debajo de ellas que las sustentara
De nada valen las quejas ante ningún organismo supervisor, en la imprevisible y traidora economía del sentimiento no existen mas reglas que las que nacen del corazón, reglas absurdas y sin sentido que a modo de latidos se pierden en el eco del vacío de nuestro pecho. En las cuentas corrientes del alma después de la derrota no quedan mas que suspiros, largas listas de promesas incumplidas y depósitos a largo plazo de lagrimas que nunca llegaron a brotar.
En la etérea y cambiante economía del sentimiento los errores se pagan con la vida, y al final, de un modo u otro todos pierden, los ilusos la ilusión, los fríos calculadores sus pronósticos, los codiciosos su fortuna, los perdedores su propia derrota. Todos nos creemos dioses cuando nos enfrentamos al precipicio del amor, y saltamos al abismo, y agitamos nuestros brazos, como torpes muñecos creyendo que de ese modo se transformarán en alas.

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